La cultura dell’Atelier
En el último día del curso, nos esperaba la sorpresa de sentir, experimentar y emocionarnos con experiencias sensoriales muy enriquecedoras.
Comenzamos con una exposición teórica sobre el Atelier donde se expone la visión de Loris Malaguzzi, quien consideraba que a las escuelas les faltaba el lenguaje expresivo con el que todo ser humano nace. Para él, los niños tienen 100 lenguajes y de ellos, trabajamos tan sólo unos pocos, muy pocos. Por este motivo introduce la figura del atelier en la escuela con una persona especializada: un atelierista, quien puede poseer formación artística, músical, en arquitectura o danza sin necesidad de tener una formación pedagógica. Es un verdadero especialista en otras miradas y otros lenguajes con una dimensión estética.
El atelier no es un laboratorio en el que se usen técnicas o donde replicar un producto ya hecho por un artista. Se trata de un lugar donde hacer y pensar. Son espacios de vida.
Posteriormente, pasamos a disfrutar de la experiencia de poder vivenciar un atelier en primera persona, entre una rica variedad de temáticas:
- Paisajes digitales (cómo crear escenarios partiendo de un objeto)
- Puntos de vista (la mirada de las cosas, importancia de su posición y características)
- El alma secreta de una hoja (hasta dónde llegar en la reflexión del pensamiento y emociones)
- Usos del papel (Remida)
- Engranajes (relación de la física y las ciencias en los elementos del atelier)
Regreso con ideas y muchos interrogantes que debo compartir con el claustro para intentar actualizar y adaptar nuestra realidad a un modelo de escuela basado en esta autonomía y libertad que he observado. No sé si lo conseguiremos, pero al menos, puedo decir que nos lo vamos a plantear en la medida de nuestras posibilidades.
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