JOB SHADOWING NORUEGA- 2º DÍA. VISITA A DIFERENTES CLASES
SEGUNDO DÍA. VISITA A DIFERENTES CLASES
Con las pilas
cargadas tras un confortable desayuno en el apartamento, nos pusimos en marcha
bajo la persistente lluvia noruega. Esta vez evitamos la tentación de tomarnos
un cálido y rico café antes de entrar al cole, eso sí, al irrisorio precio de 6€.
Bien, comenzamos
la primera parte de la mañana visitando tres clases que son rotativas cada 3
semanas, con una duración de 3 horas. Además, no son evaluables dentro del currículo
pero sí sumamente necesarias para mejorar sus habilidades y autonomía personal.
Las clases fueron: Cocina, arte y Minecraft.
Sinceramente
todas ellas nos dejaron perplejos, y nuestras caras fueron un poema no solo al
ver cómo los alumnos se desenvolvían en un inglés perfecto si no al ver cómo desarrollaban
todas las tareas que les encomendaban; con orden, limpieza, ilusión y disciplina.
En la primera
de las asignaturas, “cocina”, los alumnos elaboraron una sabrosa sopa de
frescos vegetales y un “waffle” con diferentes acompañamientos. Nos quedamos
muy sorprendidos por el manejo de los utensilios de cocina, incluidos cuchillos
profesionales. Realizaron varias recetas por equipos de 3-4 personas, después limpiaron
la cocina y los materiales utilizados quedando bastante más limpias que las de
Masterchef. Algo más tarde, nos sentamos a disfrutar con ellos y de sus
platos, mientras conversábamos sobre sus gustos y respondíamos a las preguntas
que nos hacían.
Muy contentos
con la experiencia que habíamos tenido en las primeras horas y algo consternados
porque no veíamos el modo de como poder implementar algo parecido en nuestro
sistema, nos fuimos a la segunda asignatura, arte.
En la clase de
arte, además de ver un sinfín de aparejos para poder realizar diferentes obras
con varios materiales (madera, arcilla, pinturas) pudimos ver cómo con sus
batas azules puestas realizaban un bonito ángel con sus manos para adornar la
cercanas navidades. El entusiasmo y la felicidad que transmitían al trabajar y
enseñar sus obras abre el corazón de cualquiera y más cuando conoces las duras
condiciones que muchos de ellos han pasado hasta llegar a Noruega.
Con la moral por las nubes porque creemos que sí podemos llevar a cabo alguna de las cosas que vimos en esa clase, nos fuimos a nuestro siguiente “challenge”, Minecraft. Llamamos a las clase de 6º B, y … ¡Sorpresa! El mundo Minecraft nos atrapó, su profesor Frode, es un gran admirador de este videojuego en su versión educativa. Nos explicó que tiene un gran potencial en alumnos que no conocen plenamente su idioma, ya que permite aumentar su vocabulario, desarrollar la lateralidad y la visión del espacio para poder luego ejecutar otros programas más complejos. En esta ocasión la sesión fue libre y los alumnos pudieron aumentar sus mundos con construcciones que elaboraban con imaginación y esfuerzo. En otras ocasiones, Frode nos decía que en papel construían un boceto y posteriormente lo hacían en el programa; en otras conocían virtualmente monumentos noruegos, como el parlamento o el Palacio Real.
Contentos al
ver las posibilidades que tiene esta metodología y sabedores que podemos
acceder a la misma desde el portal de educación, nos fuimos convencidos de que
nada más llegar a León íbamos a utilizarla, aunque no de un modo libre, ya que
sabemos el shock que puede producir no solo en nuestros alumnos, también en
padres y colegas de profesión.
A continuación, una muestra de los tres talleres:
Antes de seguir
con las siguientes clases, decidimos hacer un break. Aprovechamos la ocasión
para dialogar con otros profesores sobre alumnos, familias y las virtudes de un
sistema con grandes impuestos. Disfrutamos también del recreo, ¿cómo? Viendo
como a pesar de la lluvia los estudiantes jugaban como si fuera un elemento más
de su alrededor, sin darle, la más mínima importancia. Jugaban como lo que son,
niños sin aparentes preocupaciones que disfrutan del momento, sin pensar
demasiado en el futuro.
Después de la pausa nos fuimos directos a las aulas de integración, donde se reciben a los alumnos recién llegados al país desde otros lugares (Ucrania, Siria, Polonia, Pakistán...). En estas aulas pueden estar un máximo de dos años. Enseñan a los chicos/as el idioma noruego y sus tradiciones más importantes. Cuando están listos pasan a formar parte del curso que les corresponde por edad. Son clases muy activas e intuitivas, en las que el papel de profesor “asistente” es fundamental para que los alumnos guarden en todo momento la atención y no se distraigan lo más mínimo a las explicaciones de los profesores especialistas y a las actividades que tienen realizar con sus notebooks.
Y sin
enterarnos, nuevamente nos dieron las 14:15, hora de finalizar nuestra visita,
más que nada porque los alumnos se van a sus casas. Si fuera por nosotros nos hubiésemos
quedado toda la tarde. Aunque el día no se acabaría ahí, ya que hoy, iríamos a
cenar con varios valientes profesores que pondrían al límite nuestras english skills.
La hora… la de cenar, las 4 de la tarde, la hora a la que normalmente comemos
muchos de nosotros.
La cena un
éxito, no solo por la comida que fue deliciosa: pescados frescos del día, tradicionales platos
navideños, postres típicos; si no por lo agradable que fue toda la velada ya
que compartimos opiniones sobre el sistema educativo español y noruego,
recordamos el Comenius del año 2013, el cual unió ya en aquella ocasión a los
dos centros; y alguna que otra aventura personal.
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